El lunes sueña con la cita. El martes
se entusiasma pensando que se acerca. El miércoles comienza el
nerviosismo. El jueves es todo preparativos, revisa su vestuario, va
a la peluquería. El viernes lo soporta como puede, sin salir de su
casa. El sábado, por fin, se echa a la calle con el corazón
rebosante. Durante toda la mañana de domingo llora sin consuelo.
Cuando nota que vuelve a soñar, ya es lunes y hay trabajo.
Andrés Neuman
No hay comentarios:
Publicar un comentario