He
aprendido a deambular por los senderos heridos
de
la melancolía.
Nada
es tan fácil como parece
ni
tan difícil como aparenta.
He
aprendido a cotidianizar los temores,
a
impregnar mis huellas en las dificultades del camino,
a
ser etérea o resistente según las circunstancias,
a
adivinar las miradas y agitar suavemente las emociones,
a
recordar por las noches y olvidar por las mañanas,
a
favorecer la esperanza por convicción,
a
activar un comienzo y a aceptar un final,
a
diluirme entera en el espejo.
He
aprendido
___(y
sigo)
______a
conocerme.
María Ángeles Chavarría
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