lunes, 5 de noviembre de 2012

El árbol

Cuando llegaron sus verdugos
lo encontraron florecido
con ademán de vientre,
golpeáronlo despiadadamente
en su amoroso verde
y él de vez en cuando
soltaba un pájaro o gemía mariposas.

Nadie lloró cuando alargó
sus raíces, acariciando
aún con vida
la tierra cercana.

Y por el pasillo angosto,
a él, que era alto y ancho,
sacáronlo en tandas.

Sólo sus arterias sollozaron
cuando una brisa pasajera
le desarmó las últimas ramas.

Jan Martínez

No hay comentarios: