miércoles, 18 de febrero de 2009

LOS ESCLAVOS.

Ellos no saben nunca dónde mirar ni qué.
Se acostumbran. Les dicen...
Este camino es ancho...
Y van. Sin preguntar. Por donde pasa el amo
de látigos y horas.

(No saben que ese difícil y estrecho, es el camino
de la libertad.)
La libertad...
Ellos la desconocen. Viven solos y a oscuras.
Con las manos cogidas hasta el pie. Y en los
ojos vendas de cigarrillos que no les dejan ver...
(Han oído tantas veces que la libertad
puede resultar peligrosa.)

No llegan nunca a levantar la mano.
Bajan las cabezas. Y resignadamente
(no digo con humillación)
avanzan en sus vidas que otros
les han comprado.
Cuando mueren o saltan lo hacen en silencio.
(Los amos cuidan de que sus sepulcros
permanezcan anónimos.)
JOSE INFANTES

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