miércoles, 29 de octubre de 2008

LA OBRA DEL OLEAJE

La onda agitada
que surge presa
bajo la roca,
junto a la arena,
bulle y rebulle
y espumajea
cuando la azota
ruda tormenta;
la roca inmóvil
sigue altanera,
mientras la onda
pasa mordiéndola;
y llega un día
en que la peña,
ya carcomida
por la ola inquieta,
rueda al abismo
falta de fuerzas,
entre las aguas
que se atropellan.

Y los tiranos
que en su soberbia,
sobre su trono
se enseñorean,
o al pueblo amarran
una cadena,
altivos mandan,
fuertes ordenan...,
y por debajo
no oyen que rueda
cierto murmullo
de voz que hiela.
Es que la onda
muerde a la peña
que carcomida
se tambalea,
y va al abismo,
cuando resuena
batir de alas
de la tormenta.

RUBÉN DARÍO

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